El huevo es un alimento bajo en calorías, pero tiene un gran
valor nutritivo por su aporte de proteína de alta calidad biológica, ya que
contiene todos los aminoácidos esenciales en cantidades adecuadas como
vitaminas, especialmente del complejo B , vitamina B1, B3, B12, ácido fólico y
biotina que se relacionan mucho con la función cerebral y energética, y otras
liposolubles con función antioxidante
como A y E y otras como D que se relaciona con la absorción de calcio a
nivel intestinal.
El contenido de minerales también colabora en su función
antioxidante por contener selenio y zinc (claves para mantener un balance
oxidativo adecuado) , fósforo y hierro . Por lo demás, aporta carotenos y otras
sustancias beneficiosas a nuestro organismo.
En embarazadas y niños el consumo del huevo es muy
importante por su aporte de colina, la cual es clave en procesos metabólicos,
crecimiento, desarrollo y mantención de estructuras, especialmente del sistema
nervioso y aún cuando posee una sustancia que potencia una reacción alérgica
(albúmina, una de las proteínas de la clara) la única precaución es incorporar
éste a la alimentación después de los 8 meses de edad y, en caso de niños, con
antecedentes de reacciones alérgicas, después del año.
En adultos y adultos mayores es una buena alternativa
alimenticia no sólo porque reduce significativamente la pérdida de masa
muscular que se produce a medida pasan los años, sino también por su alto poder
antioxidante, que en esta etapa de la vida es fundamental para prevenir o
retardar enfermedades de tipo degenerativas. Además, para adultos mayores posee
dos grandes ventajas: es de bajo costo y es fácil de incorporar en la
alimentación -muchas veces elaborada de forma especial dado los problemas de
masticación y deglución que presentan algunas personas de edad avanzada-.