Según la definición estipulada por la Organización Mundial de la Salud en su constitución de 1946, “salud” es el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de infecciones o enfermedades.
Ya desde la época de los griegos, se sabía que, en gran medida, la salud tenía que ver con los hábitos saludables y el buen humor. Desde aquellos tiempos remotos hasta la actualidad corrió mucha agua bajo el puente y la ciencia médica ha evolucionado considerablemente; no obstante, el antiguo enfoque holístico sobre el equilibrio cuerpo- alma sigue teniendo vigencia a través de simples hábitos que contribuyen a preservar nuestra salud y prolongar las expectativas de vida:
- Alimentación variada: comer de todo es comer mejor. No mezclar carnes con pastas ni harinas. Comer mucha fruta y verdura.
- Ejercicio físico: oxigenar el cuerpo y tonificar músculos es el camino de la larga vida.
- Respiración: Aprender a respirar profundamente, optimizando el funcionamiento de los pulmones, es la mejor manera de conservar la salud. La técnica de la respiración profunda del yoga es la más recomendada.
- Equilibrio: Mente sana en cuerpo sano. Es aconsejable cultivar el cuerpo con ejercicio y la mente con estudio o buena lectura. El cerebro también es un órgano que debe ejercitarse para evitar que se atrofie.
- Comer varias veces al día: en lo posible, cada dos horas comer un poco y evitar ingerir grandes cantidades de comida. Masticar un mínimo de 30 veces cada bocado favorece la digestión.
- Trabajo: Tratar de mantenerse concentrado en el trabajo durante el horario laboral, pero desenchufarse por completo una vez terminada la jornada. Nunca llevar trabajo a casa. En lo posible, personalizar el escritorio con portarretratos, plantas, o adornos que representen a quien se sienta en ese lugar.
- Vida social: Evitar las relaciones conflictivas y los amigos dependientes en lo emocional. No es obligación cumplir con todos los compromisos sociales; mejor es cumplir con los que realmente sean amigos del corazón. Priorizar los afectos familiares.
- Sueño: Dormir un mínimo de 6 horas y un máximo de 9. La falta o exceso de sueño causa desequilibrios anímicos y metabólicos.
- Sustancias: No sólo hay que alejarse del tabaco y del alcohol. También hay que mantenerse alejado de los ámbitos o personas cargados de sustancias tóxicas.
- Agua: El 70% de nuestro organismo está compuesto por agua; beber 2 litros diarios de agua ayuda a mantener el equilibrio de líquidos, limpia los riñones y evita la deshidratación.
- Organizarse: No permitir que las emociones interfieran en el trabajo ni el trabajo en la vida privada. Mantener los ámbitos separados hace que sea más fácil detectar problemas y enfocar energías para encontrar soluciones a los problemas del día a día.
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