martes, 4 de mayo de 2010

El Huevo y su contribución ante las infecciones respiratorias


Autora: Dra. Josefina Bonilla de Bendaña, Directora Red Nicasalud, (Especialista en Salud y Nutrición Pública).

En esta época de mayor probabilidad de adquirir infecciones respiratorias, incluyendo influenza humana, vale la pensar resaltar la necesidad de una excelente nutrición para el mantenimiento de un sistema inmunológico fuerte y sano. El Organismo humano está preparado con un complejo sistema de defensa para protegernos de las múltiples agresiones que podemos sufrir, incluyendo las causadas por virus, bacterias y otros microorganismos.

El buen descanso, ejercicio físico, el equilibrio emocional, la higiene personal y ambiental, así como el desprecio al cigarrillo y otros vicios nos ayudan a mantenernos sanos. Una alimentación balanceada, natural y variada es clave para mantener sanos todos los sistemas del cuerpo humano, incluyendo el sistema inmunológico.

Para fortalecer las defensas del cuerpo se requiere de muchos nutrientes. El huevo es un alimento con privilegios en comparación con muchos otros alimentos ya que en él encontramos más de diez vitaminas y minerales, así como proteína de excelente valor, grasas y carbohidratos.

Los antioxidantes son factores que protegen a los tejidos y restauran daños que las células sufren. Los antioxidantes que se encuentran en el huevo son la vitamina A, la vitamina E, Cinc y Selenio. Apoyan además la producción de células especiales que combaten las infecciones.

Las proteínas del huevo contribuyen a la construcción de nuevas células y tejidos. Estas proteínas del huevo son muy bien aprovechadas por el cuerpo humano debido a su alto valor biológico. Un ejemplo concreto sobre las proteínas, es que son utilizadas para la producción de moco y sabemos que el modo es indispensable como mecanismo de protección, además para rechazar y expulsar a los agentes extraños e indeseables en el sistema respiratorio, tales como los virus.

El huevo también contiene hierro, muy útil para mantener en buen nivel la hemoglobina, evitar anemia y que el cuerpo funcione adecuadamente durante y después de procesos infecciosos. Cuando hay deficiencia de proteína y de hierro puede haber bajos niveles de hemoglobina y una capacidad disminuida para el transporte del oxigeno por la sangre.

A veces tenemos patrones culturales que afectan la recuperación rápida durante y después de las infecciones, por ejemplo, la mala costumbre de dejar de dar algunos alimentos o dar sólo líquidos. Si bien, es cierto, se requiere beber muchos líquidos durante las enfermedades respiratorias, es muy conveniente mantener la dieta normal o mejorarla y dar más alimentos nutritivos durante la enfermedad y la convalecencia.

Ingerir diariamente vitamina C, que se encuentra en la naranja, limón, mandarina y otros cítricos, además de incluir el huevo en una dieta variada, es una excelente medida preventiva para alejar las infecciones respiratorias. En caso que cursemos con procesos infecciosos, el huevo y la dieta variada saludable ayudan a disminuir la duración e intensidad de la enfermedad.

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